Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
¿Por qué los famosos no deberían publicitar la comida poco saludable?
El otro día tuve un debate interesante con un grupo de conocidos sobre si la publicidad debería estar o no regulada por el Estado. Cuando la publicidad de drogas como el tabaco y el alcohol no estaban reguladas por el Gobierno, cuando no existían las advertencias de salud pública en las cajetillas y cuando no se respetaba la edad mínima para la venta de alcohol, el consumo de estas sustancias era mucho mayor.
Está más que demostrado que el consumo de ciertos productos es perjudicial para nuestra salud. Y no hablo solo de drogas. Se sabe que el consumo de productos procesados, precocinados, ultrapalatables y poco interesantes a nivel nutricional aumenta el riesgo de sufrir múltiples enfermedades.
¿Publicidad ética?
Cuando estos productos se publicitan sin ningún tipo de legislación, suelen dar una falsa imagen de salud, diversión y cuidado. El hecho de que los yogures de sabores tengan frutas bien coloridas en el envase, que la bolsa de magdalenas tenga escrito “100% NATURAL”, que el paquete de salchichas tenga vacas en el campo o pollos con caras felices, o que los zumos envasados reclamen que no llevan azúcares añadidos, no los hace más saludables. La publicidad tiene como único objetivo VENDER. Engañar al consumidor. Conseguir que lo que está a punto de comprar parezca más sano de lo que realmente es. Para que así confíe en la calidad del producto, aunque esta no sea la mejor.
¿Por qué los famosos no deberían hacer publicidad de productos poco saludables?
Si, además, se firman contratos muy beneficiosos económicamente con famosos para que promocionen productos o menús poco saludables, el alcance y el impacto que tienen en la sociedad es enorme. Por eso precisamente se invierten sumas millonarias en publicidad. Desde la reciente noticia de la campaña de McDonald’s con Aitana, muchos peques y adolescentes tienen todavía más ganas que antes de comerse una hamburguesa con patatas fritas y un refresco.

Aunque no sé por qué me sorprendo, si ese es el objetivo por el que McDonald’s ha invertido miles de euros en la campaña publicitaria con la cantante. La publicidad es rentable para ambas partes: Aitana gana mucho dinero firmando el contrato y la empresa de comida rápida gana clientes que pagarán por comer nuggets y hamburguesas porque su cantante favorita sale en un cartel.
Son ellos los que salen perdiendo porque, aunque salgan felices del local; aunque hayan disfrutado del sabor ultrapalatable del menú de dudoso interés nutricional, es un placer efímero que solo causa problemas a largo plazo.
¿Cuál es el problema?
El problema no es que tu peque coma una hamburguesa una vez al año, el problema es el deseo que se genera por la comida rápida. Como si los niños y las niñas solo fuesen felices comiendo mal. Refrescos, zumos, pizzas, hamburguesas, nuggets, salchichas, bollería, chucherías… Los peques no necesitan todos estos productos para ser felices. Lo que necesitan es una buena educación nutricional, referentes que promocionen comida saludable, familias que se sienten a comer juntas para disfrutar de un plato con ingredientes saludables, de calidad y mucho cariño.
Porque no está usando su influencia para hablar de lo que ella come realmente, no está utilizando su posición para crear concienciación y visibilizar la celiaquía, ni para promocionar el estilo de vida que ella misma tiene para cuidar su salud. Está usando su fama y su alcance para promocionar comida rápida que no necesita ser promocionada para que miles de adolescentes sueñen con comerla. Pero obviamente, es más fácil ganar dinero firmando un contrato con McDonald’s que promocionando frutas y verduras.
¿Es culpa de Aitana?
Y una vez más, la culpa no es de Aitana sino de las leyes que permiten este tipo de publicidad que tanto daño hace a la salud pública a largo plazo. ¿Ya has averiguado qué punto de vista defendí en el debate?
Si necesitas ayuda para conseguir que tu familia disfrute comiendo sano, contáctame o escríbeme a hola@nutritribu.com
Comparte esta entrada:
Entradas recientes
- Cómo influye la publicidad en nuestra forma de comer
- 10 razones por las cuáles necesitas una dietista-nutricionista en tu vida
- Lo que la industria alimentaria no quiere que sepas: el secreto mejor guardado para conseguir que tus peques coman sano
- ¿Cuánto pagarías para evitar que tus peques tuviesen una enfermedad?
- Magia en la infancia. Entrevista a Beatriz Pinto.