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¿Cómo hablas de tu cuerpo? ¿Y de los cuerpos ajenos?
Lo que decimos sobre la comida influye en cómo comemos y en cómo comen nuestros peques. Igualmente, lo que decimos sobre el cuerpo tiene un impacto enorme en los más pequeños.
La educación y la cultura tienen una gran influencia en cómo percibimos nuestros cuerpos. Sin duda, lo que vemos y escuchamos cada día en distintos medios de comunicación tiene un impacto muy importante en nuestra concepción de la realidad y la “normalidad”.
Estamos recibiendo información a todas horas: en los anuncios de televisión, en los carteles de publicidad, en las revistas, en las películas, en las series, en las redes sociales, en las conversaciones con amigos o familiares, en las letras de las canciones…
Toda esa información influye en cómo nuestros peques perciben sus cuerpos y los de los demás. Y esto, a su vez, influye en la relación que tendrán con sus cuerpos.

La relación con el cuerpo (y con la comida) se empieza a formar desde la infancia.
Lo que decimos sobre nuestro propio cuerpo y sobre los cuerpos de los demás, influye enormemente en cómo nuestros peques conciben sus propios cuerpos.
Los prejuicios sobre el cuerpo, los cánones de belleza y la autoconcepción corporal ya empiezan a tener importancia en la mente de un niño o una niña. Y esto, aunque sea de forma inconsciente, tendrá una influencia en su autoestima en el futuro.
Muchas veces hablamos de nuestros cuerpos de manera negativa sin darnos cuenta. Lanzamos comentarios negativos e insultantes hablando de nosotras mismas. O de los demás. Cuando aparece un personaje en una película. Cuando alguien se sube al autobús. Cuando algún familiar cambia de aspecto…

Hablamos del peso, de la altura, de la forma del cuerpo, de la celulitis, de las estrías, de los pechos, de nuestra concepción de belleza, de nuestros complejos… sin pensar que todo lo que decimos y cómo lo decimos tiene un impacto en nuestra propia concepción y autoestima y en la de nuestros peques.
¿Podríamos hablar de nuestros cuerpos de manera natural?
¿Podríamos comentar la diversidad de cuerpos, tamaños, colores de piel… sin juicios?
¿Podríamos educar a los más pequeños en la aceptación corporal?
¿Podríamos dejar de imponerles los cánones de belleza irreales que aparecen en las revistas, los anuncios, las películas…?
¿Podríamos desechar la necesidad de encajar en un cuerpo que no se corresponde con la realidad?
Tengo muchas preguntas y pocas respuestas.
Y tú, ¿cómo hablas de tu cuerpo? ¿Cómo hablas del cuerpo de tus peques? ¿Y del cuerpo de los demás?
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